Analizar
el tema de la drogadicción, va mucho más allá de dar un concepto personal, en
aras de determinar que tan bueno o malo sea, no solo para el drogadicto, sino
también para la sociedad.
Es
evidente la división de opiniones que surge al respecto; que sin duda alguna,
más que en respaldar o no una ley (como se denota en varias sentencias), esta
diversidad de opiniones va de la mano con creencias o posturas personales (como
se evidencia en la lectura de “Dos Preguntas Sobre la Droga” y algunos
salvamentos de votos de sentencias).
Si bien
es cierto que nuestra constitución como carta suprema o ley de leyes, tiene
como fundamento y principal componente el respeto los derechos fundamentales de
las personas, el cual debe estar por encima de cualquier otra cosa, postura o
ley; valdría la pena determinar hasta qué punto esto puede ser verdaderamente
coherente, hasta qué punto cierto derecho tiene que tener tan grande respaldo,
aun a sabiendas que me afecta no solo como persona, sino también como parte de
una sociedad.
La
Corte Constitucional en el veredicto emitido, es muy claro al respaldar su
decisión de encontrar ciertos artículos de la ley 30 de 1986
inconstitucionales, por violar ciertos a partes de la Constitución y que
efectivamente fueron declarados in exequibles.
Más que
pensar si el derecho al libre desarrollo de la personalidad se trata o no de un
derecho absoluto o de evaluar en una forma tan positiva la intervención del
Estado ante un tema tan delicado como lo es considerar la drogadicción como una
enfermedad y más que considerarla, hacer todo lo concerniente para combatirla
como enfermedad más que como problema social; se debe aceptar que el consumo de
estupefacientes es en la actualidad, tan común como el consumo de un cigarrillo
o tomar alcohol, solo que a nivel publicitario o público, aún sigue con tabúes.
Definitivamente
este tema es un problema social, que no se puede dejar a convicción o al
derecho que tiene la persona sobre sí mismo, sustentado en el libre desarrollo
de la personalidad, pues debe prevalecer el interés general al particular.
No nos
digamos mentiras, estamos en una sociedad carente de educación, no nos podemos
comparar con países extranjeros, creando centros de atención para drogadictos
(como se hacen ya en otros países), permitiendo que las personas se sigan
haciendo daño, pero tampoco nos podemos hacer los ciegos ante una problemática,
que cada vez más llega a todas clases sociales.
Para
solucionar tal problemática, es necesario dos cosas, la primera, aceptar este
tema como una enfermedad grave y tratarla como tal; la segunda, cortar de raíz.
Con
respecto de considerar a la drogadicción como una enfermedad, se debe
precisamente tratar como tal, pero no dándoles la droga como alivio a su
enfermedad, sino ayudándolos en todo lo posible para que definitivamente puedan
dejar esa adicción. Claro, puede sonar muy fácil para una persona que su vicio
más delicado es el cigarrillo, pero no es un idealismo tan fácil de conseguir,
más aun, teniendo en cuenta que existen ciertos tipo de estupefacientes que con
su primer consumo, ya generan una dependencia total y peor aún, que es más una
cuestión de voluntad, no de llevar un tratamiento como tal.
No soy
un médica experta en el tema, pero no puedo creer que la única solución que
exista para las personas que ya son consumidoras, sea darles más droga como
alivio a su dolor o enfermedad, eso sería como decir que la única solución que
existe para ellos es matarlos, pues al fin y al cabo, a ese punto van a llegar,
claro, todos vamos para ese mismo fin, pero ellos van más rápido que nosotros,
así que lo que se debe, es buscar una solución para los que ya se encuentran
inmersos en tales circunstancias y cortar de raíz como ya lo había dicho.
No es
verdad ese concepto de libre desarrollo de la personalidad, si fuera tan
cierto, no cabría ese “prevalece el bien común al particular” y no se tomaría
esta postura para unos temas si y para otros temas no, como se explicó en el
voto de salvación (es incoherente decir que cabe el libre desarrollo de la
personalidad para la drogadicción, pero no para la decisión de abortar), lo que
hizo la corte fue legalizar el trasporte y consumo de la misma, solo que no en
grandes cantidades sino que en más viajes.
Para
cortar de raíz, no pienso que la solución inmediata sea la legalización de la
droga, que prácticamente fue la decisión que adoptó la Corte en la sentencia
tan promulgada con respecto a la drogadicción. Estoy segura que antes de pensar
en la legalización de la misma, se debe educar en los hogares y en los
colegios, desde los niveles menores, todo este tema de la drogadicción y sus
consecuencias, es un punto que es necesario para dejar bases ciertas, con una
conciencia, pero sobre todo, con un conocimiento real de las consecuencias de
este tema.
Cada
vez más son los niños que vemos involucrados en la drogadicción y aunque en la
sentencia se niegue esa verdad, detrás de la drogadicción viene la
delincuencia, pues lo que se necesita es dinero para cubrir esa necesidad de
drogarse.
Buscando
noticias al respecto, me encuentro con un joven de 19 años que presta su
servicio militar, en una consulta que fue a hacerme por un problema de familia,
me cuenta que desde que tenía 9 años fuma marihuana y ya ha metido otros vicios
como la cocaína (vaya, que duro es esto, no me imagino a mi hija que tiene 9
años, uno menos que el cuándo empezó, ya esté haciendo este tipo de cosas), me
cuenta que ha robado para drogarse y vivir “en otros mundos”, pero lo más
triste, me cuenta lo duro que es estar así y el reaccionar, ya está aburrido de
ese tema y sobre todo, de no poder dejarlo.
Deje
mis perjuicios personales y le propuse que trabajara conmigo, después de
tenerlo una semana trabajando a mi lado, brindándole oportunidad de tener su
mente ocupada, evidencio lo inteligente que es, así que es cuando me pregunto,
qué hubiera pasado si se educara a este niño desde mucho antes sobre las
consecuencias, pero sobre todo, si se le hubiera dado una educación de calidad,
mentes como las de este joven con tantas iniciativas y capacidades son las que
se necesitan, pero desgraciadamente las oportunidades solo son para unos.
En fin,
volviendo al tema, lo puedo resumir de la siguiente forma: primero, debemos
buscar una solución para los consumidores actuales, pero no que la solución sea
darles droga, sino debe existir otra diferente; segundo, educar desde los
niveles inferiores no solo sobre el daño de estas en el organismo sino también
en las consecuencias personales y sociales, así mismo, realizar campañas
publicitarias muy extensas y constantes en los niveles superiores, que ya hasta
saben más del tema que cualquiera; y por último como tercero, legalizar el tema
de la droga.
Este
último paso no se debe hacer de manera inmediata, no podemos compararnos con
países más civilizados, debemos llevar cada proceso de nuestra sociedad de
acuerdo a la problemática social que estamos viviendo, yo sé que este punto es
contradictorio a los tratados internacionales que están ratificados al respecto
por Colombia, pero es una verdad absoluta que se necesita.
Se
legaliza la droga, entonces: dejaría de ser un mercado tan bien remunerado
(porque es bien pagado no por lo fácil de hacer, sino por el peligro que este
conlleva); Colombia tendría gente experta en la producción y elaboración de
este mercado; con una conciencia social de las consecuencias de este, pasaría
lo mismo que con el alcohol o el cigarrillo, se consumirá? Sí, pero ya bajo una
libre decisión, después de habérsele indicado todo lo contradictorio de esto;
no se podría dejar las campañas contra la drogadicción como las de alcoholismo
y anti tabaco y así ya cada uno haciéndolo bajo su responsabilidad, cada uno va
a ser entonces responsable penalmente por lo que realice bajo los efectos de la
droga; por último, se pueden convertir en empresas como las del alcohol, donde
un porcentaje será para el gobierno.
Todo
esto conllevaría a un crecimiento en la ganadería y en la agricultura, pues el
tema de la drogadicción ha puesto a los campesinos a trabajar más en esto, que
en sus tierras y alimentos, porque les resulta más lucrativo.
En fin,
culminando ya, sé que nuestro mayor conflicto va a ser por un lado
internacionalmente, porque países como EEUU nos les conviene económicamente que
Colombia empiece a crecer más que ellos, sobre todo, teniendo en cuenta que
ellos serían nuestros mayores clientes; y por otro lado, nacionalmente, pues
los mismos gobernantes y productores de drogas, perderían esa ayuda extra que
los tiene donde están, con privilegios económicos y sociales que seguramente no
van a querer dejar.
Dejo
una inquietud para este último párrafo; en la mayoría de las decisiones de la
Corte, prevalece el bien común al personal, entonces, ¿no será el bien común
legalizar la droga?, pues al fin y al cabo solo unos cuantos son los
beneficiarios. Por lo menos suenan vientos diferentes, ya el gobierno está
hablando de invertir más a la educación, ojala no se quede solo en palabras,
porque una verdadera e igual educación es la base del cambio de la sociedad.
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